Historia de un amor sin sentimiento

Las preguntas interminables del corazón, los sentimientos más impuros de lujuria, apego y atracción, evolucionan, nos hacen sentir sensaciones cercanas a la muerte, pasión, sexo, platica, alcohol, nada más que el dilema más grande de la mente.

Argumentos, preguntas, opiniones, pláticas, risas, llantos, enojos, historias que inician como amor, pero quizá siempre fueron vacíos. 

Momentos de reflexión, donde aprovechas cada instante que palpita tu corazón, instante que se vuelve eterno al estar sentado frente al mar, frente a las olas. Ese vacío que sientes, ese vacío que el sonido grita hacia el viento. No lo entiendes, no lo comprendes, no está dentro de tu lenguaje, no existe precedente alguno. Es allí donde volteas la mirada, le encuentras un gusto más significativo a la soledad, a la música, a la pasión de simplemente ver al cielo y nada más. 

Cae la noche, aprovechas cada momento para suspirar, para entender que la vida, la pasión y el amor, fueron hechas en el mismo comal. Fueron hechas para ser sentidas, para ser vividas. La noche, la parte más inspiradora del día y a la vez, la más engañosa. 

Nos hace sentir que amamos, cuando sólo extrañamos. Nos hace sentir que extrañamos, cuando solo estamos heridos. Nos hace sentir que aquellos 90 minutos de placer bajo las sábanas, eran los que día a día, encendían tu vida. Nos hace sentir que aquel amor por el que moríamos, solo eran minutos y nada más. 

Que extrañar a alguien entonces, es darte cuenta que sos tan real como la lluvia y la marea, que llevas meses cazando atardeceres, de aquellos que te hablan del amor, que te hablan de la pasión del corazón. Que te hace creer que te has casado con el amor. Que se mueven como la fuerza del aire que choca en tu cara. Y así nada más es el sentimiento de amar, choques de amor y dolor, pasión y decepción,  todo y nada a la vez. 

Y cuando menos lo esperas, te llama, te saca de fiesta en la noche, a bailar junto a las estrellas, a bailar dentro de sus ojos, salvando el mundo con historias de amor, historias que buscan explicación a la existencia humana del amor. 

Era cada momento más interminable, la luna brillaba cada vez que sentías que tu corazón se movía, se estremecía al momento donde sentías que ese amor, si era real, si era genuino, si era lo que te movía. Y es que al final todo dolor tiene su origen, inicia con un amor que no es correspondido, con experiencias equivocadas, con el sentimiento que nunca tuvieron que existir para amar y ser amadas. 

Aquellas noches de alcohol, placer, sexo interminable, miedo a sentir, el puto miedo a sentir. Al final del día, solo eran 90 minutos y nada más. 

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